miércoles, 4 de mayo de 2016



Universidad Abierta y a Distancia de México

Licenciatura en Matemáticas

Asignatura: Análisis numérico I

Profesora: Mónica Zaima Víquez Cano

Alumno: Eduardo Orduña Jaramillo

Semestre: 2016-1 B2

Unidad 2. Actividad 3


Fecha de entrega: 4 de mayo de 2016

Unidad 2.  Actividad 3. “Influencia de errores”

Muchas veces se nos presentan distintas posturas filosóficas, teorías matemáticas y físicas de cierta forma en la que es fácil entenderlas como si la realidad que percibimos a través de nuestros sentidos fuera una aproximación a un universo platónico y perfecto conformado por sólidos regulares, perfectamente continuos y delicadamente sincronizados con la que debemos conformarnos.

A lo largo del siglo XX ha habido varios momentos en el desarrollo de la física y la matemática que han puesto este punto a debate.

Investiga y debate con tus compañeros como los siguientes temas influyen en tu concepto de Error.

a)        Determinismo y el demonio de Laplace.
b)        El principio de incertidumbre de Heissenberg.
c)         Edward N. Lorenz, atractores extraños y la teoría del Caos.
d)        El problema no. 2 de Hilbert y el teorema de incompletitud de Gödel.

Determinismo y el demonio de Laplace.

Quizá el concepto de error está en mí a través de decidir tomar o no una idea, que si bien proviene de otra época, también se crea filosóficamente y quizá se pueda actualizar a los tiempos modernos. Por ejemplo, en cuanto al determinismo y el demonio de Laplace, iniciaré con estas tres preguntas:

¿El determinismo es falso, o el libre albedrío es una ilusión?
¿El libre albedrío existe?
Si no, ¿podemos tener cosas como la justicia o la moral?

Pues resulta ser que Pierre-Simon Laplace suponía que todo está compuesto de átomos y que los movimientos de los átomos se rigen por las leyes que Issac Newton descubrió en el siglo 17. Laplace imaginaba un demonio súper inteligente y matemáticamente dotado, que conoce la posición y velocidades de todas las partículas del universo en un momento determinado, junto con todas las leyes de la naturaleza. Afirmó que este demonio podía calcular las posiciones y velocidades de todas las partículas en cualquier momento.

Hasta aquí: ¿qué no es esto hablar de la existencia de un ser supremo: Dios?, no necesariamente y literalmente ese demonio.

El demonio puede predecir donde el cuerpo iba a estar, y cómo se movería el próximo año a partir de su conocimiento de las posiciones y velocidades de las partículas en el universo hace un millón de años.

¿No es esto entonces la omnipresencia de Dios?

El argumento de Laplace depende del hecho de que las leyes de Newton son deterministas. Muchos filósofos han llegado a la conclusión de que el determinismo es incompatible con el libre albedrío. En efecto, si los movimientos de su cuerpo están determinadas por lo que pasó hace un millón de años. ¿Cómo puede ser que “dependa de ti” si, por ejemplo, vas a levantar la mano izquierda? Entonces llegan a la conclusión de que o bien el determinismo es falso, o el libre albedrío es una ilusión. Otros filósofos afirman que para tener libre albedrío es suficiente para tener un control deliberado sobre si usted levanta su mano izquierda y que, dicho control es compatible con el determinismo.

¿Ahora, entonces el destino de cada ser humano?

El demonio de Laplace calcula la forma en que su cuerpo se moverá mañana a partir de las posiciones de las partículas en el pasado, lo que le priva del libre albedrío. Se piensa comúnmente que la física actual nos dice que las leyes fundamentales de la mecánica cuántica no son deterministas, pero sólo nos dicen probabilidades. Algunos filósofos piensan que esto resuelve el problema del libre albedrío. Pero es controversial decir que la mecánica cuántica no es determinista, e incluso si sus leyes son probabilísticas, es posible que no permiten el libre albedrío.
 
 Entonces: ¿estamos o no predestinados a algo?




El principio de incertidumbre de Heissenberg

El hecho de que cada partícula lleva asociada consigo una onda, impone restricciones en la capacidad para determinar al mismo tiempo su posición y su velocidad. Este principio fue enunciado por W. Heisenberg en 1927.

El principio de incertidumbre nos dice que hay un límite en la precisión con el cual podemos determinar al mismo tiempo la posición y el momento de una partícula.

Un poco más formal:

«Principio de Incertidumbre de Heisenberg», principio que revela una característica distinta de la mecánica cuántica que no existe en la mecánica newtoniana. Como una definición simple, podemos señalar que se trata de un concepto que describe que el acto mismo de observar cambia lo que se está observando. En 1927, el físico alemán Werner Heisenberg se dio cuenta de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas exactamente al mismo tiempo. Por ejemplo, un observador puede determinar o bien la posición exacta de una partícula en el espacio o su momento (el producto de la velocidad por la masa) exacto, pero nunca ambas cosas simultáneamente. Cualquier intento de medir ambos resultados conlleva a imprecisiones.

Como dato curioso: el principio de incertidumbre desempeñó un importante papel en el desarrollo de la mecánica cuántica y en el progreso del pensamiento filosófico moderno. En 1932, Heisenberg fue galardonado con el Premio Nobel de Física. Entre sus numerosos escritos se encuentran Los principios físicos de la teoría cuántica, Radiación cósmica, Física y filosofía e Introducción a la teoría unificada de las partículas elementales.

El Principio de Incertidumbre de Heisenberg es sin duda algunos unos de los enigmas de la historia, debido a que este menciona que "Lo que estudias, lo cambias", entonces, si esto es cierto, ¿Qué tanto a cambiado la realidad de lo que nos narra la historia?

Justo aquí es donde nace la influencia de concebir el error de una u otra forma, hay siempre contradicciones en las ideas de cada individuo.

Y no solo así queda el dato histórico: en 1930, Einstein demostró que el principio de incertidumbre (donde se afirma la imposibilidad de reducir el error en la posición sin incrementar el error en el momento) implicaba también la imposibilidad de reducir el error en la medición de energía sin acrecentar la incertidumbre del tiempo durante el cual se toma la medida. Él creyó poder utilizar esta tesis como trampolín para refutar el principio de incertidumbre, pero Bohr procedió a demostrar que la refutación tentativa de Einstein era errónea.





Edward N. Lorenz, atractores extraños y la teoría del Caos

El término Caos se refiere a una interconexión subyacente que se manifiesta en acontecimientos de la vida cotidiana que son aparentemente aleatorios y desordenados. Por eso el  concepto de caos a menudo puede crear en nosotros una idea negativa, una visión de desorden en donde las cosas no funcionan bien, en un mundo en donde lo establecido y lo correcto es precisamente el orden.

Durante mucho tiempo la noción de que en el universo existía un orden total y continuo fue algo innegable, las teorías de Newton veían al mundo como un compuesto de bloques mecánicos en interrelación, partes separadas de la realidad que respondían a una causa-efecto. De hecho nuestra cultura sigue estando impregnada de este mecanicismo y predictibilidad, intentamos y nos obsesionamos por predecir cualquier fenómeno desde una perspectiva reduccionista. Pero es justamente aquí donde surge el nuevo paradigma, al ver a la realidad como un todo en donde cualquier factor, por pequeño que parezca, puede afectar el comportamiento y la evolución de la naturaleza.

Del entendimiento de estos factores y sus relaciones surge la Teoría del Caos, en la cual existen tres componentes esenciales: el control, la creatividad y la sutileza. El control por dominar la naturaleza es imposible desde la perspectiva del caos, pactar con el caos significa no dominarlos sino ser un participante creativo. Más allá de nuestros intentos por controlar y definir la realidad se extiende el infinito reino de la sutileza y la ambigüedad, mediante el cual nos podemos abrir a dimensiones creativas que vuelven más profundas y armoniosas nuestras vidas.


Lo que Lorenz descubrió es una de las características definitorias de la teoría del caos, que sistemas dinámicos no lineales muestran una dependencia sensible sobre condiciones iniciales. Este concepto se ilustra en la célebre noción del “efecto de mariposa”, que quiere decir que el aletear de una mariposa en Argentina hoy, podría causar un tornado en Kansas mañana. Quizás sea un poco sensacional esta imagen, pero lo que ilustra es que no se puede entender los sistemas dinámicos en la naturaleza al aislarlos de los sistemas dinámicos del mundo entero. En otras palabras, ya no es viable la concepción del mundo como la suma de sus partes porque las partes son sensiblemente conectadas y dependientes la una a la otra. La visión que esto introduce es una holista y dinámica en lugar de una reductivamente determinista.


Con esta realización, Lorenz empezó a buscar otra manera de modelar el sistema del tiempo. En lugar de un acercamiento cuantitativo, cuyos límites prácticos apenas había visto, intentó uno cualitativo. Antes de eso, los meteorólogos usaban ecuaciones que producían atractores de torus multidimensionales, pero la capacidad previsora que

esto ofreció extendió a unos días nada más. Lo que Lorenz pudo hacer, con la ayuda de la enorme capacidad de calcular de la computadora, fue trazar las trayectorias complejas de sus ecuaciones no-lineales. El resultado fue uno de los descubrimientos más fascinantes de la teoría del caos: el atractor extraño: El atractor se llama extraño porque reconcilia dos características aparentemente contradictorias: modela la conducta que es aperiódica, y a la vez delimitada dentro de un área finita del espacio de fase. Recordemos que la aperiodicidad se refiere al hecho de una variable que nunca se repite en un patrón. En el espacio de fase quiere decir que la trayectoria nunca se cruza sino que continua hasta el infinito. Lo extraño reside en que no se encuentra extendida en un área infinita del espacio de fase, sino en que las trayectorias convergen hacia una figura definida, o un área de atracción. La dinámica aquí es parecida a un hilo infinitamente largo contenido en un espacio finito. ¿Cómo se hace eso? ¿Qué tipo de figura puede satisfacer tales condiciones? La respuesta se encuentra en la geometría fractal.





El problema no. 2 de Hilbert y el teorema de incompletitud de Gödel.


El segundo problema de Hilbert pretende probar la compatibilidad de los axiomas de la aritmética. Es decir partiendo de ellos, un número finito de pasos lógicos, nunca puede conducir a resultados contradictorios. El famoso teorema de Gödel, establece que en cualquier sistema simbólico formal es posible construir una proposición que no se puede probar ni refutar  en el mismo sistema.

El teorema de Gödel es equiparable por su importancia a la teoría de la relatividad de Albert Einstein, y es una de las construcciones fundamentales de las matemáticas de todos los tiempos. Gödel utilizó el rigor de las matemáticas para demostrar, sin lugar a dudas, que las matemáticas mismas son incompletas. En su artículo de 1931, Gödel demuestra que en cualquier sistema lógico basado en axiomas y reglas de inferencia, existen enunciados cuya verdad o falsedad no vamos a poder decidir, basándonos en la propia lógica matemática del sistema. Antes de Gödel esto ni siquiera se consideraba, pues lo interesante de un enunciado era poder demostrar que era verdadero o bien era falso. A partir de Gödel aparece una diferencia muy sutil entre verdad/falsedad y demostrabilidad.

El teorema de Gödel tiene que ver con enunciados que hacen referencia a sí mismos. Sócrates afirmaba, en su famosa frase:” Yo sólo sé que no sé nada”. Se contradecía, al afirmar que sólo sabía una cosa y, al mismo tiempo, no sabía nada: hacía referencia a sí mismo y ahí es donde residía su contradicción.

En 1931 Kurt Gödel, un joven matemático austríaco de 25 años, publicó su famoso artículo” Sobre proposiciones formalmente no decidibles en Principia Mathematica y sistemas relacionados” y desmontó, definitivamente, la soberbia estructura montada sobre la lógica matemática, que se suponía completa. Destrozó el programa planeado por Hilbert, porque demostró que cualquiera de estos sistemas matemáticos precisos (formales) de axiomas y reglas de inferencia (finitos), siempre que sea lo bastante amplio para contener descripciones de proposiciones aritméticas simples y siempre que esté libre de contradicción, debe contener algunos enunciados que no son demostrables ni indemostrables con los medios permitidos dentro del sistema. De hecho, por sorprendente que parezca, Gödel demostró que el mismo enunciado de la consistencia del propio sistema axiomático debe ser una de esas proposiciones indecidibles.

Gödel nos descubrió que la verdad es una categoría superior a la demostrabilidad, y que su argumento nos da la posibilidad, mediante intuición directa, de ir más allá de las limitaciones de cualquier sistema matemático formalizado. Penrose utiliza el argumento de Gödel para demostrar el funcionamiento no algorítmico de la mente. El sistema matemático más perfecto que podamos conseguir, con un número finito de axiomas y reglas de inferencia, es incapaz por principio de probar la verdad/falsedad de enunciados que nosotros, desde fuera del sistema, advertimos sin demasiada dificultad. Un ordenador basado en la programación automática que conocemos, a base de algoritmos matemáticos, tiene una limitación fundamental independiente de que el programa sea mejor o peor o que su memoria y capacidad de cálculo sean de mayor o menor potencia.




Conclusión y moraleja

A lo largo de la historia, ya sea la matemática o la filosofía ha tratado de da respuesta a toda clase de enigmas, de este modo, cada ser pensante, sus ideas y sus resultados pueden dejarnos o no satisfechos de lo que para ellos ha sido la verdad absoluta, sin embargo, es solo un pasaje de la historia, la del ser humano la que ha llevado a estar así en nuestros días, entonces: ¿habremos llegado a saberlo todo?

Moraleja

En un método estable, los errores debidos a las aproximaciones se atenúan a medida que la computación procede. En un método inestable, cualquier error en el procesamiento se magnifica conforme el cálculo procede.



Referencias


UNADM. (2015). Análisis Numérico I. México.

Sitios web












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